Erudito intransigente en la defensa del ineludible y sagrado
respeto a los Derechos Humanos, las Libertades Públicas y
la Soberanía de los pueblos de América y el mundo.

Tu delirio alucinante por el llamado séptimo arte, los
escenarios, las candilejas de Moliére y la literatura de los
avezados maestros de buen decir, relumbraba en tu
apacible y cotidiano trajinar en el tortuoso submundo de los
mortales.

Naciste para lo excelso y lo recóndito con el ennoblecedor
propósito de orientar y formar a un extenso discipulado
vehemente ante tus sabias, enjundiosas y delirantes
exposiciones.

Con razón nunca dudamos en nombrarte, sin vacilación ni
hiperbolización alguna, El Teórico Mayor de nuestras
interminables y edificantes tertulias sabatinas.

Tu marcha al descanso eterno, inesperada y dolorosa, no
será más que un hasta luego porque tú, querido amigo,
siempre estarás presente entre nosotros y porque por
encima del pesar y la aflicción que lacera el alma…la teoría
vive..!! Paz a tu alma…

luis alberto

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