Por: Primitivo Gil.
Washington, DC.-
El demócrata Joe Biden se convirtió este miércoles en el presidente número 46 de la historia de Estados Unidos, al jurar el cargo en la ceremonia oficial de investidura ante las escalinatas del Capitolio y en medio de grandes medidas de seguridad.
La ceremonia de investidura del demócrata Joe Biden como presidente de Estados Unidos y de Kamala Harris como vicepresidenta comenzó este miércoles en un acto frente al Capitolio en Washington DC, en medio de estrictas medidas de seguridad.
A las 11.18 de la mañana, mientras caían unos pocos copos de nieve, Biden y su esposa, Jill, bajaron la escalinata oeste que sale del Capitolio y se dirigieron a sus asientos para el comienzo de la investidura.
Poco antes, Harris y su esposo, Doug Emhoff, habían llegado también a lugar de la ceremonia, donde los esperaban unos 1.000 invitados, muchos menos que los 200.000 que solían ocupar los asientos de honor durante ceremonias previas en las que no había pandemia ni desafíos tan graves de seguridad.
La ceremonia comenzó con un discurso de la senadora demócrata Amy Klobuchar, una de las rivales de Biden en las primarias demócratas del año pasado, quien recordó el asalto al Capitolio de hace dos semanas y pidió “no dar por sentada la democracia” estadounidense.
“Este es el día en el que nuestra democracia se pone en pie, se sacude el polvo y hace lo que siempre ha hecho”, afirmó Klobuchar.
La mayoría de los invitados a la ceremonia son legisladores estadounidenses, aunque también están los expresidentes Barack Obama (2009-2017), George W. Bush (2001-2009) y Bill Clinton (1993-2001), junto a sus respectivas esposas, Michelle Obama, Laura Bush y Hillary Clinton.
El vicepresidente saliente, Mike Pence, asiste también a la ceremonia, al contrario que Donald Trump, quien es el primer mandatario en 152 años que no participa en la investidura de su sucesor y que ya está en su estado de residencia, Florida.
La ceremonia cuenta con el mayor despliegue de seguridad de cualquier investidura presidencial en la historia del país, bajo la atenta mirada de hasta 25.000 militares de la Guardia Nacional, cinco veces más que los que hay en Irak y Afganistán.