La sociedad está rota… la violencia doméstica nos atrapa por encima del delincuente común… la educación ciudadana se fue de vacaciones entre «ofertas comerciales» y dembows.
No es tarde para poner cotos, pero nadie quiere pagar el costo político de poner orden. El pasado solo puede mostrar «obras» de ladrillo y corazones corroídos por el consumismo…